Sistemas de riego

jueves, 8 de octubre de 2015


En zonas de climas secos e incluso durante algunos meses en zonas de climas húmedos, el agua es un recurso que escasea, y por tanto, debemos utilizarla con responsabilidad por dos motivos, respeto a la naturaleza y ahorro económico.


Para ello, es recomendable realizar una planificación del riego del jardín al mismo tiempo que se seleccionan las plantas más adecuadas.


Plantas que necesitan más riego


Al realizar la planificación del riego del jardín, es necesario establecer prioridades y analizar qué plantas necesitan más riego y en qué momentos.


Plantas nuevas. Todas las plantas nuevas, incluso las que soportan la sequía, necesitan agua durante los primeros meses para crear el sistema radicular que las permita establecerse en la tierra y acceder al agua de la tierra profunda.


Hortalizas y frutales. Las plantas hortícolas y los árboles frutales tienen mayores necesidades hídricas durante el crecimiento de las frutas y verduras, por lo tanto, la huerta es de los espacio del jardín que más riego adicional necesitará cuando no llueva. Un sistema de riego automático por goteo es lo más cómodo en este caso, principalmente cuando se dispone de poco tiempo o se producen ausencias por viajes de trabajo o de vacaciones.


Césped. El césped es de las áreas del jardín que más agua precisa para estar verde y atractivo. Aún así, es posible elegir mezclas de césped más resistentes a la sequía o con mayor capacidad para el rebrote tras un período sin agua. Cuando el césped se está estableciendo, se debe regar con frecuencia, incluso a diario en veranos calurosos y secos. Una vez establecido, se podrán espaciar los riegos en función del tipo de césped. Además, cuando el césped se recorta con más frecuencia, éste tendrá mayores necesidades de riego.


Plantas en maceta. Dado que crecen en un volumen de tierra limitado, el sustrato se seca rápido, especialmente si hay viento, sol o el clima es seco y caluroso. Si se encuentran en el interior de una casa o edificio, se enfrentarán además a la sequedad ambiental, especialmente si hay calefacción. Por lo tanto, será necesario regarlas todo el año, y con una frecuencia alta en primavera y verano.


Plantas cultivadas en un muro o bajo techo. Se trata de plantas que no reciben la lluvia natural y por tanto, necesitan riego artificial. Por ejemplo, es el caso de plantas trepadoras y arbustos que forman setos vegetales recubriendo paredes. Para facilitar que el agua de lluvia alcance el suelo cercano a la planta, es conveniente plantar a 45-50cm de la pared.


Coníferas. Algunas coníferas soportan bien la sequía, sin embargo, a diferencia del resto de plantas, en las coníferas no se debe esperar a que las hojas se sequen, puesto que las ramas o madera vieja no rebrotan. Por lo tanto, en primavera y verano, se debe estar atento para aplicar algún riego adicional a las coníferas siempre que se alargue el período de sequía.


Rododendros. Los rododendros son plantas que sufren mucho con la falta de agua debido a que tienen un sistema radicular especial, carente de pelos absorbentes. Cuando no reciben agua suficiente, se pliegan sus hojas y se paraliza la floración. Si la sequía es severa toman tonalidades marrones y acaban muriendo.

En climas secos, la opción más práctica es buscar otra planta sustitutiva más adecuada, como por ejemplo Nerium oleander (Adelfa), de floración muy atractiva y colorida, pero de gran resistencia a la sequía.


Opciones para el riego del jardín


Riego automatico decorativo


El riego del jardín es uno de los aspectos a tener en cuenta durante la planificación del jardín, eligiendo plantas adecuadas y valorando qué opciones podemos tener a nuestro alcance; podemos crear un jardín seco, que no necesite riego, podemos regar a mano o podemos recurrir a sistemas de riego automático.

Una posibilidad práctica y que permite experimentar, es combinar distintas opciones de riego en nuestro jardín creando zonas con riego automático, zonas de jardín seco y zonas de riego manual en el caso de plantas que necesitan pocos riegos adicionales.


Riego automático. Actualmente existe una amplia gama de dispositivos para diseñar el sistema de riego automático más adecuado para cada jardín y su coste es bastante asequible si tenemos en cuenta que nos permitirá importantes ahorros en la factura de agua.

Un riego automático bien planificado y construido proporciona un riego muy eficiente del jardín, ya que se ajusta el tiempo y caudal de riego en función de las necesidades de las plantas a regar, lo cual repercute en un gran ahorro en el consumo de agua de riego respecto al riego manual. Por otra parte, podemos programar el riego e incluso instalar dispositivos que suspendan el riego programado cuando detecten que el jardín ya ha recibido agua por lluvias.


El riego manual. El riego con manguera o regadera supone tiempo y crea una gran dependencia, aunque a muchos jardineros les gusta relajarse regando el jardín y puede ser una buena opción en zonas de climas húmedos donde no hace falta regar mucho o si se cuenta con un jardín pequeño o con plantas que necesitan pocos riegos.


Xerojardinería o Jardín seco. Es posible diseñar un jardín con plantas que puedan sobrevivir sin riego adicional. Para ello hay que elegir plantas adaptadas al clima de la zona y no aportarlas riego artificial para que las plantas se vean forzadas a desarrollar sus defensas naturales contra la sequía. Algunas plantas pueden necesitar excepcionalmente algún aporte de agua durante el primer año.

El jardín seco es una buena opción en zonas de climas secos y calurosos donde el agua escasea. Quizás pienses que en una zona de clima muy seco, como el clima mediterráneo o el clima árido, resulte difícil tener un jardín sin riego artificial, pero precisamente en estos climas existe una gran diversidad de plantas adaptadas a condiciones de sequía extrema, y si se eligen bien las plantas, es posible crear un jardín colorido, aromático y de gran atractivo.


Sistema de riego automático por goteo


El riego por goteo es un sistema de riego automático localizado que consiste en tuberías con goteros insertados que expulsan el agua gota a gota. Como todos, este tipo de riego tiene sus ventajas y desventajas, pero en general se trata de un sistema de riego bastante recomendable en cualquier jardín.


Hay dos tipos principales de goteros:

Goteros normales. Se trata de goteros adecuados para jardines o espacios pequeños y rectos, que no necesiten más de 150metros de tubería. Este tipo de goteros arrojan más cantidad de agua cuando la presión es mayor.
Goteros autocompensantes. Son goteros que arrojan igual caudal de agua entre unas presiones establecidas siendo adecuados para jardines grandes y espacios con desniveles.


Por otra parte, al instalar el riego por goteo podemos elegir entre tuberías de goteo en superficie o goteo subterráneo. Si enterramos las tuberías lo haremos a una profundidad de 15-30 cm dependiendo del tipo de plantas y de la textura del suelo. Si el suelo es arenoso y queremos regar plantas de pequeño porte, herbáceas u hortalizas, enterraremos las tuberías a 15 cm. Si el suelo es arcilloso o vamos a regar arbustos y árboles, será más conveniente enterrar las tuberías a 30cm.

El goteo subterráneo resulta más estético ya que las tuberías quedan ocultas bajo el suelo. Además, permite un mejor aprovechamiento del agua al estar más protegido de la evaporación y se reduce el crecimiento de malas hierbas alrededor de los goteros.

Sin embargo, este tipo de instalaciones subterráneas pueden atascarse o sufrir fugas que sólo podremos detectar a través de las plantas y para encontrarlas y arreglarlas tendremos que excavar la tierra.

Una opción intermedia es instalar tuberías de goteo en superficie y cubrirlas con un acolchado decorativo. Podremos retirar periódicamente el acolchado para revisar los goteros y arreglar o sustituir las gomas o tuberías dañadas.


Riego automático por microaspersión


El sistema de riego por microaspersión resulta eficaz para regar macizos florales y espacios con rosales siempre que se trate de áreas pequeñas ya que es un sistema de riego de corto alcance.

La microaspersión es una red de tuberías con microaspersores que proyectan el agua en forma de chorros pequeños.

La principal ventaja de la microaspersión es que trabaja a presiones bajas, por lo que no tendremos problema en urbanizaciones con limitaciones en la presión del agua durante las épocas de mayor necesidad de riego.

Al igual que ocurre con los microdifusores, debemos tener cuidado de no pisar ni golpear los microaspersores ya que normalmente se suele dejar la tubería de riego en superficie.


Riego automático por microdifusión


El sistema de riego por microdifusión se usa para regar semilleros, huertos, invernaderos y zonas pequeñas o estrechas del jardín.

Consiste en una red de tuberías con microdifusores que tiene un orificio de pequeño diámetro por el que sale el agua a presión distribuyéndose en gotas muy finas, en forma nebulizada.

La microdifusión, al igual que el riego por goteo, tiene la ventaja de necesitar presiones de agua bajas para trabajar. Sin embargo, los microdifusores son delicados y debemos tener cuidado con no pisarlos ni golpearlos con herramientas y maquinaria de jardinería ya que normalmente se suele dejar la tubería de riego en superficie.

Normas para un riego eficiente


Independientemente del sistema de riego utilizado, existen una serie de actuaciones para utilizar el agua de la forma más eficiente:

Regar en función de las necesidades de cada planta, agrupando las plantas según sus necesidades hídricas, especialmente si se instala un sistema de riego automático.

Regar a primera hora de la mañana. También es posible regar por la noche siempre que no haya riesgo de heladas nocturnas y siempre que no haya problemas con caracoles y babosas. Se debe evitar regar a horas de sol y calor, ya que se producirá una gran pérdida de agua por evaporación y el agua actuará como una lupa frente al sol, abrasando las hojas de la planta.

Favorecer la absorción del agua por la planta. Se trata de reducir al máximo las pérdidas de agua debidas a la evaporación, o la escorrentía hacia lugares donde no es necesaria.

Crear un hoyo amplio alrededor de la planta que forme una depresión y acumule el agua que poco a poco se irá filtrando en la tierra.

Regar en profundidad de forma espaciada para que el agua penetre hasta las capas inferiores del suelo forzando a la planta a desarrollar un sistema de raíces profundo que la hará más resistente a la sequía.

Mejorar la capacidad de retención de agua del suelo abonándolo regularmente con compost y materia orgánica y mantenimiendo un mulching o acolchado sobre la tierra.