Plagas y enfermedades

jueves, 8 de octubre de 2015


En el mercado se venden numerosos fungicidas y pesticidas "milagrosos" para todo tipo de plagas y enfermedades. Estos productos químicos contaminan el agua y la tierra, además de destruir a numerosos organismos beneficiosos, por lo que en Jardineros en Acción siempre recomendaremos fungicidas y pesticidas orgánicos.

En todo caso, la mejor solución para las plagas y enfermedades del jardín es la prevención mediante el mantenimiento de un jardín fuerte y resistente, para lo cual es recomendable:

Cultivar una gran diversidad de plantas y elegir especies resistentes al clima y al suelo del jardín.

Contar con insectos y animales beneficiosos para el jardín de forma que consigamos generar un equilibrio natural. Conocer y reconocer bien a los insectos y animales beneficiosos es de gran utilidad tanto para intentar atraerlos a nuestro jardín como para evitar dañarlos. Los fertilizantes químicos, así como los pesticidas y fungicidas, destruyen a muchos insectos y animales beneficiosos para el jardín y destruyen el equilibrio natural.

Remover con frecuencia la tierra para sacar a la superficie insectos dañinos y ponerlos a disposición de los pájaros u otros depredadores. Muchos de los insectos dañinos que pueden convertirse en plaga viven en el suelo. Bastará con remover la tierra ligeramente con una azada.

Mantener el jardín limpio evitando dejar desechos y desperdicios de plantas.

Mantener el invernadero limpio y utilizar preferiblemente macetas de plástico para la germinación de semillas dado que en los poros de las macetas de madera o arcilla pueden refugiarse plagas con facilidad.

Realizar control y vigilancia frecuente del jardín, principalmente durante la primavera y el verano, épocas en las que un control diario puede evitar que una plaga se extienda.


Es posible que tras poner en práctica los sistemas de prevención mencionados, surjan algunas plagas y enfermedades que debamos tratar y controlar adecuadamente para evitar graves perjuicios en el jardín.


El primer paso es reconocer los insectos dañinos y las enfermedades más comunes. Existen sencillas técnicas manuales para eliminar insectos dañinos y acabar con algunas enfermedades, pero si finalmente siguen siendo un problema, contamos con pesticidas y fungicidas orgánicos para terminar de erradicarlos, tal y cómo puedes consultar en las siguientes secciones:


Plagas principales y su tratamiento


Los principales insectos que atacan a gran cantidad de plantas del jardín y pueden convertirse en plaga son:

Gusanos blancos o larvas de tipúlidos. Se trata de larvas blancas, gordas y de aspecto desagradable, que podemos localizar debajo de la superficie del suelo, donde se alimentan de cualquier planta. En las noches cálidas pueden subir a la superficie y comer la parte inferior del tallo de las plantas.

Los escarabajos de tierra comen grandes cantidades de gusanos blancos por lo que una manera sencilla de evitar la expansión de estas larvas es acolchar el suelo para dar cobijo a los escarabajos. Si con esto no es suficiente, la mejor opción es remover el suelo para encontrar las larvas y aplastarlas manualmente.


Gusanos de alambre o larvas de elatérido. Son gusanos delgados, brillantes y de color amarillento dorado que suelen hacer unos pequeños agujeros muy característicos en las zanahorias y en las patatas, aunque pueden atacar a cualquier planta. Viven en el suelo, a diferentes profundidades dependiendo de la época del año, ya que son sensibles al calor y a la sequedad.

Dado que sienten gran predilección por las raíces carnosas, podemos usar como trampa zanahorias o patatas viejas enterradas ligeramente que levantaremos periódicamente eliminando todos los gusanos de alambre que haya en las plantas trampa. Además, si tenemos gallinas, éstas comen numerosos gusanos de alambre y pueden ser de gran ayuda si se las deja comer en las parcelas recién labradas. Por último, el purín de helechos funciona como un eficaz repulsivo contra este tipo de gusanos.

Gusanos cortadores. Son gusanos que viven bajo la superficie del suelo y resultan bastante dañinos al alimentarse de la base de las plantas hasta destruirlas completamente.

Los escarabajos de tierra se alimentan de gusanos cortadores por lo que conviene atraer escarabajos proporcionándoles resguardo con un buen acolchado del suelo. Si con esto no es suficiente, removeremos un metro de tierra alrededor de las plantas afectadas para buscarlos y aplastarlos manualmente.

Gusanos grises. Son las larvas de distintos tipos de polillas, de color gris oscuro. Durante el día se esconden enroscadas bajo tierra y por la noche salen para alimentarse de la base de los tallos de las plantas jóvenes y tiernas.

Escarbando superficialmente cerca de la planta atacada es posible dar con ellos y eliminarlos manualmente. Inverna bajo el suelo por lo que en otoño e invierno es posible remover la tierra y retirar todos los que encontremos.


Pulgones o áfidos. Existe una gran variedad de áfidos, entre los que se encuentran los pulgones y las cochinillas, insectos pequeños de color verde, negro, blanco, gris, amarillo, blanco.., que se reproducen de forma rápida y abundante mientras se extienden por las hojas y tallos de las plantas chupando la savia. Atacan principalmente a las plantas jóvenes y a los nuevos brotes. Además de debilitar a la planta y ofrecer un mal aspecto, los pulgones segregan gotitas de miel muy pegajosas donde se desarrollan virus pudiendo transmitir enfermedades víricas a las plantas.

Para prevenir las plagas de pulgón, conviene tener en el jardín mariquitas, tijeretas y moscas de las flores, animales beneficiosos que comen grandes cantidades de pulgones. Cultivando Tagetes (Claveles de Indias) y Calendula podemos atraer a las moscas de las flores. Por otra parte, debemos controlar los aportes nitrogenados evitando excesos que hacen que la savia de las plantas se vuelva más azucarada y apetecible para los pulgones.

Si los pulgones han aparecido, podemos verles y eliminarlos fácilmente machacándolos con los dedos, pulverizando las plantas con agua a presión o recortando las zonas de la planta más dañadas. Si alguna planta está muy afectada, puede ser preferible arrancarla para frenar la plaga y evitar que se extienda por más zonas del jardín.

Si la plaga se ha extendido podemos espolvorear sobre la planta un polvo fino de algas o de algún camino. Al caer sobre los pulgones, el polvo les provoca deshidratación, que finalmente puede acabar asfixiándolos. Pero si con esto no conseguimos resultados, podemos combatir a los pulgones pulverizando las plantas infectadas con distintos productos orgánicos:


Cuasia, muy efectiva contra pulgones e inofensiva para abejas y mariquitas.
Jabón insecticida, un jabón de sal de potasio muy efectivo para el control de pulgones, moscas blancas, ácaros de araña roja y cochinillas harinosas, aunque sus efectos sólo duran un día.
Jabón suave, un jabón que matará todos los insectos que toque y cuyos efectos duran únicamente un día.

Insecticidas naturales como Piretro, Rotenona, Pelitre o Nim, sustancias de rápido efecto y muy efectivas contra insectos y pulgones, aunque también mata insectos beneficiosos, por lo que sólo se recomienda su uso en casos extremos.
Aceite de colza, útil para el control de pulgones, moscas negras, moscas blancas, trips y ácaros de araña roja. Pero el aceite de colza es perjudicial para el follaje de plantones jóvenes, fucsias y begonias, por lo que debe emplearse con precaución.

Trips. Son insectos muy pequeños y alargados de color marrón a negro transparente. Los trips se alimentan de los pétalos de las flores agujereándolos y provocando un mal aspecto en las plantas del jardín, además de perjudicar la floración y la formación de los frutos.


Los trips pueden controlarse fácilmente en un jardín orgánico en el que existirán numerosos depredadores naturales como algunos ácaros que se comen las larvas de los trips. Pero si los trips se convierten en plaga resultando un problema, podemos combatirles mediante insecticidas naturales de Piretro, Rotenona, Nim o Pelitre, así como pulverizando sobre las plantas afectadas aceite de colza.


Alacran cebollero o grillotopo. Es un insecto similar a un grillo con pinzas y de color marrón que excava galerías en el suelo, ataca las raíces y corta los tallos por la base. Se alimenta de lombrices, gusanos, hormigas y tubérculos y es de hábitos nocturnos. Su presencia es más habitual en suelos húmedos, ligeros y mullidos.

Para mantener al grillotopo bajo control podemos beneficiarnos de sus enemigos naturales, erizos, musarañas, topos y pájaros. Además, podemos prepararles trampas realizando agujeros de 10cm de profundidad, rellenándolos de estiércol de caballo y cubriéndolos con tejas. En los días fríos de otoño, invierno y primavera se refugiarán en las trampas donde podremos cazarlos y eliminarlos.


Carpocapsa y Mosca de la fruta o ceratitis. La carpocapsa es una pequeña mariposa de vida nocturna y la mosca de la fruta es una pequeña mosca de color marrón anaranjado. Tanto la carpocapsa como la ceratitis se refugian durante el invierno en estado de crisálida en el suelo, los troncos, las ramas.. Llegada la primavera se transforman en adultas y ponen sus huevos sobre las hojas de las ramas más elevadas de los árboles frutales. Cuando nacen las orugas de carpocapsa o las larvas de mosca de la fruta, éstas se alimentan de los frutos abriendo galerías hasta el centro de los frutos. La carpocapsa ataca principalmente a los manzanos. La ceratitis ataca a la mayoría de árboles frutales (albaricoques, peras, ciruelas, kakis, manzanas, mandarinas, naranjas,…).

El cultivo de espárragos silvestres alrededor de los manzanos resulta eficaz para evitar la aparición de la carpocapsa en el vergel. Pero si la carpocapsa o la ceratitis hacen su aparición, deberemos luchar contra las larvas que se refugian en el suelo y las cortezas durante el invierno. Si tienes gallinas, déjalas comer bajo los frutales durante el invierno y eliminarán gran parte de las carpocapsas y ceratitis escondidas en el suelo. Si untamos en invierno el tronco y ramas principales con un preparado de arcilla, ceniza y estiércol de vaca podremos eliminar las crisálidas de carpocapsa escondidas en las cortezas.

Por otra parte, deberemos retirar y quemar todos los frutos afectados para evitar el desarrollo de nuevas generaciones de mariposas y moscas. Y finalmente, podemos fumigar las zonas altas del árbol con algún insecticida vegetal.


Otras plagas en el jardín


El jardín también puede verse perjudicado por otros insectos o animales que conviene mantener bajo control y supervisión:


Orugas. Existen diferentes orugas dañinas como las larvas de mariposa, que viven en la tierra y se alimentan de las raíces, pero la mayoría se refugian y alimentan en las hojas de las plantas.

Podemos verlas fácilmente y eliminarlas manualmente de forma fácil. Si hay demasiadas orugas como para retirarlas una a una de forma manual, podemos utilizar Cuasia, un pesticida orgánico que resulta inofensivo para las abejas y las mariquitas. Si ninguno de los métodos anteriores funciona podemos aplicar Derris, un insecticida orgánico muy efectivo, aunque dañino para algunos insectos beneficiosos, así como para los peces.


Hormigas. Son insectos que no provocan daños de forma directa, sino a través de los pulgones que trasladan en su cuerpo, protegiéndolos de depredadores como las mariquitas o las moscas de las flores. A cambio, las hormigas se alimentan de las gotitas de miel que segregan los pulgones.

La solución a aplicar se basa en controlar los pulgones.


Caracoles y babosas. Existen muchos tipos de babosas y caracoles. Comen plántulas jóvenes, pero también atacan las hojas y tallos de plantas adultas, aunque éstas últimas pueden resistir los ataques de los caracoles y las babosas sin apenas mostrar síntomas. Por otra parte, las babas que dejan en el suelo aportan calcio beneficioso para el jardín y el huerto, por lo que en pequeño número, las babosas y caracoles no deben preocuparnos.

No obstante, para mantenerlos bajo control podemos atraer a nuestro jardín a sus enemigos naturales: pájaros, erizos, ranas y sapos, así como recogerlos en los días de lluvia y utilizar los caracoles para consumo. Además, podemos esparcir ceniza, serrín o cal secos alrededor de las plantas más vulnerables. Otra opción es rodear a las plantas jóvenes y pequeñas con botellas de plástico o láminas metálicas finas clavadas en el suelo. Un acolchado de corteza de pino también sirve como disuasor de babosas y caracoles.


Escarabajo pulga. Son pequeños escarabajos que dan grandes saltos y se alimentan del follaje de las plantas provocando cientos de perdiginazos en las hojas, principalmente en las plantas crucíferas. Si el tiempo es húmedo y frío, el escarabajo de pulga puede ocasionar daños importantes en las plantas e incluso llegar a matarlas.

Para eliminar a los escarabajos pulga se puede preparar una trampa muy sencilla y efectiva. Untaremos con grasa de motor vieja un trozo de madera de unos 30x15cm y lo pasaremos por encima de las plantas, casi rozándolas, de forma que los escarabajos saltarán y se quedarán pegados a la grasa sin poder huir.


Mosca blanca. Son pequeñas mosquitas de color blanco que chupan la savia de muchas plantas tanto de exterior como de invernadero y resultan bastante resistentes y difíciles de combatir.

Una forma efectiva de atraparlas es colgar una tarjeta o plástico amarillo untado de alguna grasa ligera, donde las moscas blancas, atraídas por el color amarillo, quedarán atrapadas. Si esto no es suficiente, podemos pulverizar el envés de las hojas con una dilución de jabón potásico al 1% utilizando agua de lluvia o agua de muy baja mineralización.


Milpiés. Son pequeños insectos negros de patas cortas que se alimentan de las raíces, tallos y hojas de las plantas.

Removiendo ligeramente la capa más superficial del suelo sacaremos a los milpiés a la superficie, donde quedarán expuestos a pájaros, escarabajos, erizos y otros depredadores naturales.

Araña roja, araña amarilla y ácaros. Son minúsculas arañas de color rojizo o amarillento que viven en el envés de las hojas donde producen manchas amarillas o naranjas.

Su expansión es favorecida por la sequedad, por lo que regando regularmente conseguiremos solucionar el problema en la mayor parte de los casos. Si no es así, podemos fumigar la planta con un extracto fermentado de 75gr de ortiga o ajo picado y un litro de agua. La cal apagada mezclada con ceniza de madera o las decocciones de ajenjo y equisetum también pueden fumigarse sobre las plantas para eliminar los ácaros.


Enfermedades y su tratamiento


Las enfermedades generales que pueden afectar a la mayoría de plantas de un jardín son:


Midiu. Es una enfermedad producida por hongos de distintas especies según la planta. Puede producirse cuando coinciden períodos lluviosos y temperaturas entre 10-20ºC, y es fácil de propagar al tocar o manipular las plantas húmedas. El mildiu se manifiesta en forma de manchas de color blanco amarillento que se van volviendo grises y duras secando las hojas, los tallos y los frutos.

Para evitar el mildiu, en zonas húmedas y lluviosas conviene seleccionar especies resistentes al mildiu, así como cultivar las plantas con espacio suficiente para favorecer una correcta ventilación. Realizar podas de mantenimiento favorecerá la aireación.

Si aún con estas recomendaciones, el mildiu hace su aparición en el jardín, debemos manipular las plantas infectadas de mildiu con precaución para no facilitar su propagación y podemos realizar fumigaciones con fungicidas de cobre como el caldo bordelés (sulfato de cobre y cal apagada) o el caldo borgoñón (sulfato de cobre y carbonato sódico). Las fumigaciones con preparados de cobre son más eficaces si se realizan al comenzar el período húmedo, antes de que se manifieste el ataque de mildiu.


Oídio. Es una enfermedad producida por hongos que se manifiesta a través de puntos blancos sobre las hojas, las cuales se van cubriendo de un polvo blanquecino hasta llegar a cubrir toda su superficie y secarlas. El oídio suele afectar principalmente a las cucurbitáceas (calabacín, pepino, melón, calabaza, sandía..) y se desarrolla en épocas o zonas de gran humedad ambiental y temperaturas elevadas, siendo de gran riesgo las primaveras en las que se alternan días lluviosos con días calurosos.

Para evitar el oídio se deben cultivar las plantas de forma espaciosa y favorecer siempre su correcta ventilación, recurriendo a podas si fuera necesario. Por otra parte, al regar, debemos evitar mojar la planta y las hojas.

Una vez que la planta es atacada por el oídio, podemos realizar un espolvoreo de azufre a primera hora de la mañana, o fumigar la planta con una mezcla de azufre y polvo de algas.


Botritis. Se trata de una de las enfermedades más comunes en el jardín. Se manifiesta en forma de manchas marrones y erupciones, seguidas de un moho piloso y de color grisáceo. La botritis tiene lugar en épocas de frío y humedad.

Para prevenir la botritis es recomendable cultivar las plantas de forma espaciosa y favorecer su correcta aireación, evitar excesos de riego y fertilización, así como los acolchados húmedos.

Si la botritis está afectando a alguna planta, debemos manipular las plantas con cuidado para no extender la enfermedad por todo el jardín, así como cortar los brotes afectados y quemarlos.

Fumagina. Es un hongo que se desarrolla en las secreciones pegajosas de los pulgones u otros insectos. Reduce el crecimiento de la planta, así como su producción de flores y frutos, aunque no suele llegar a ser grave.

La mejor forma de acabar con la fumagina es eliminar los pulgones.


Roya. Existen muchos tipos de roya y pueden afectar a diversos tipos de plantas, aunque las leguminosas son especialmente sensibles. La roya puede aparecer en condiciones de elevada humedad ambiental y se manifiesta a través de erupciones amarillas, rojas, marrones o negras en las hojas y en los tallos jóvenes de las plantas afectadas. Las hojas acaban secándose y en casos extremos, la planta puede morir.

Cuando veamos síntomas de roya en el jardín, recortaremos las zonas de la planta afectadas y pulverizaremos con azufre el resto de la planta o plantas afectadas. Se deben manipular las plantas con mucha precaución para evitar que la roya se extienda a otras plantas sanas.