Propagación de plantas

jueves, 8 de octubre de 2015


La reproducción de plantas es una de las actividades de jardinería más emocionantes, aunque lograr la propagación con éxito requiere de práctica y paciencia.

Cada planta ha desarrollado sus propios métodos naturales de reproducción. Conocerlos e imitarlos es la mejor forma para propagar cada planta con buenos resultados. En nuestra Guía de plantas incluimos en la ficha de cada planta la técnica o técnicas de multiplicación con mayores probabilidades de éxito para cada planta.


En las secciones inferiores se describe en qué consiste cada técnica de multiplicación y qué pasos debemos seguir en cada caso:


Reproducción por semillas

Todas las plantas se pueden reproducir a través de semillas aunque en la práctica, los árboles, arbustos y muchas herbáceas de gran porte pueden tardar mucho tiempo en desarrollarse en el jardín si se cultivan a través de semilla. Además, algunas semillas germinan con dificultad y resulta muy complicado reproducir las condiciones adecuadas como para hacerlas germinar fuera de su entorno natural.

Por estos motivos, en un jardín, la siembra de semillas suele limitarse a plantas de temporada, o algunas plantas aromáticas o herbáceas vivaces cuya semilla germina con gran facilidad y rapidez.

En función del clima y del tipo de planta, las semillas pueden plantarse directamente en semillero protegido al exterior o en un semillero de interior o invernadero, trasplantando las nuevas plantitas al lugar definitivo del jardín cuando finalice el período de frío o cuando la planta haya crecido lo suficiente como para resistir el ataque de pájaros, insectos y otros depredadores de las plantitas débiles y tiernas. Para conseguir que las semillas germinen, se deben reproducir las condiciones que se dan en la naturaleza y que varían en función de cada tipo de semilla o de planta:


Condiciones de luz. Las semillas diminutas, aunque también algunas grandes, necesitan sembrarse muy superficialmente para poder captar la luz una vez emitan sus primeras hojitas. Sin embargo, existen algunas semillas que no germinan si están expuestas a la luz, siendo necesario tapar la zona sembrada con cartones que impidan el paso de la luz, pero permitan el paso del aire y la humedad. Este tipo de semillas se deben plantar a una profundidad igual a tres veces su anchura.


Condiciones de humedad. La mayoría de plantas pueden germinar y establecerse con una humedad relativa del 50-60%, aunque las plantas originarias de zonas tropicales y subtropicales húmedas necesitan una humedad del 65-85%, además de temperaturas entre 22-32ºC, y las plantas nativas de las zonas áridas o desérticas prefieren una humedad relativa de 35-45%.


Cómo aumentar la humedad ambiental en casa. En invierno, en el interior de una casa con la calefacción encendida, la humedad relativa no suele superar el 15-20%, por lo que podemos recurrir a diversas opciones para aumentar la humedad:

Pequeño invernadero doméstico. Podemos utilizar una estantería rodeada por plásticos que conserven la humedad en el interior (un pequeño invernadero para el semillero y las jóvenes plántulas).
Bandeja grande con agua. Podemos colocar la bandeja de siembra sobre una bandeja más grande y rodear la bandeja de siembra con guijarros y agua, que al evaporarse hará aumentar la humedad.
Humificador eléctrico. Podemos utilizar un humificador eléctrico, que podemos adquirir en cualquier centro de jardinería.


Tratamientos de la semilla antes de la siembra. Algunas semillas necesitan algunos tratamientos para germinar. Son tratamientos mediante los cuales se simulan procesos a los que se ven sometidas las semillas en la naturaleza. En el caso de que una semilla requiera varios tratamiento, en primer lugar realizaremos la estratificación, en segundo lugar la escarificación y en tercer lugar, la maceración o remojo.

Semillas de fácil germinación. Algo de humedad y un sustrato fértil y bien drenado son suficientes para conseguir que este tipo de semillas germinen.

Estratificación. Algunas semillas necesitan estar sometidas a bajas temperaturas durante varias semanas o incluso meses para germinar con el calor primaveral. Para reproducir artificialmente esta situación, colocaremos las semillas en un bote cerrado y las introduciremos al frigorífico durante unas semanas.

Escarificación. Hay semillas que tienen una cáscara muy dura que debe romperse para que germine. La escarificación consiste en romper la cáscara de la semilla realizando una cortadura o incisión superficial por donde pueda pasar la humedad hasta el interior. Para hacer la incisión usaremos un cuchillo afilado. El corte debe ser poco profundo para no dañar el interior de la semilla. Sólo debemos escarificar aquellas semillas que lo requieran.

Maceración. Sobre la cáscara de algunas semillas se forma una capa natural de sustancias químicas que inhibe la germinación y debe ser disuelta por agua. Por ello, este tipo de semillas deben someterse a maceración antes de su siembra. La maceración se realiza introduciendo las semillas en un vaso o tarro con agua templada y dejándolas a remojo entre 8-10 horas. Posteriormente retiraremos las semillas utilizando un colador y las dejaremos sobre el colador unas 30 horas, remojándolas cada dos horas para impedir que se sequen, en cuyo caso morirían. Pasadas las 30 horas de maceración, las sembraremos.

Remojo. Alguna semillas tienen la cáscara gruesa y dura y necesitan permanecer unas horas a remojo para ablandar su cáscara y poder germinar. En tal caso, pondremos las semillas en una taza con agua templada y las dejaremos a remojo.


Reproducción por división



La reproducción por división resulta una técnica de éxito seguro cuando se trata de plantas que se puede dividir con facilidad. De hecho, muchas plantas se propagan así en la naturaleza y cuando las cultivamos en tiestos o macetas, necesitan ser divididas cada pocos años para mantenerse sanas.

Dependiendo del tipo de planta y de la zona a dividir, hablamos de distintos tipos de reproducción por división:

División de plantas con sistema radicular fibroso. Son plantas fáciles de dividir y que precisan ser divididas cada varios años para permanecer saludables y controladas. La mejor época de división es principios de primavera, aunque también se pueden dividir en otoño en regiones de inviernos suaves.
Antes de iniciar la división debemos desenterrar la planta sin dañarla y examinarla bien. Después procedemos a dividirla tratando de no dañar el sistema radicular y utilizando herramientas afiladas para recortar las raíces más entremezcladas y densas.

División de plantas con la corona de raíces carnosa o leñosa. Se trata de plantas más complicadas de dividir y es necesario contar con herramientas afiladas y de buena calidad para cortar en secciones la corona leñosa. Antes de realizar los cortes, debemos desenterrar la planta sin dañarla y examinar bien la corona de raíces para asegurarnos de que las divisiones que realicemos tengan un adecuado desarrollo radical como para sobrevivir por sí mismas.


División de chupones. Los chupones son rebrotes de raíz que brotan con gran fuerza y pueden servirnos para reproducir la planta separándolos de la planta madre. Antes de realizar ningún corte, exploraremos con cuidado para buscar el estolón sobre el que crece el chupón y comprobar si cuenta con un sistema radicular suficientemente desarrollado como para separarlo de la planta madre. En tal caso, cortaremos el chupón y lo trasplantaremos regándolo abundantemente para favorecer el crecimiento de raíces.

División de plantas con renuevos. Los renuevos son plantas jóvenes que brotan a partir de la corona o del estolón de la planta madre y a veces pueden confundirse con un chupón, aunque la división se realiza en ambos casos de forma similar.

Muchas plantas tropicales cultivadas como plantas de interior, se reproducen naturalmente mediante la emisión de renuevos que obtienen agua y nutrientes de la planta madre, siendo conveniente dividirlos una vez han desarrollado su propio sistema radicular. La primavera y el otoño resultan los períodos más adecuados para realizar una división de renuevos.

Antes de iniciar la división examinaremos la planta para identificar renuevos lo bastante desarrollados. Después desenterraremos la planta sin dañarla o sacaremos el cepellón del tiesto para poder separar con delicadeza el renuevo y sus raíces. A continuación lo plantaremos en un nuevo tiesto o al exterior, regando abundantemente.

División de plantas con rizomas. La división de rizomas debe realizarse en primavera o al finalizar la floración siempre que tengan tiempo de arraigar antes de las heladas.

Comenzaremos cavando con cuidado para desenterrar el rizoma de la planta a dividir y después examinaremos el rizoma para asegurarnos de que cada división tenga al menos dos yemas de crecimiento con hojas, además de bastantes raíces. Si es así, cortaremos el rizoma con una navaja bien afilada y lo replantaremos.

División de plantas con tubérculos. La división de tubérculos debe realizarse antes de replantar en primavera.

Cavaremos con cuidado para desenterrar el tubérculo de la planta a dividir y después examinaremos cada tubérculo para asegurarnos de que cada división tenga al menos un ojo. Si es así, cortaremos el tubérculo con una navaja bien afilada y lo replantaremos.

División de bulbos. Los bulbos se reproducen de manera natural desarrollando nuevos bulbitos que convienen desenterrar y dividir cada tres o cuatro años para mantener las plantas bulbosas sanas y controladas.

Cavaremos ligeramente con una pala pequeña o con los dedos en busca de bulbillos pequeños que puedan haberse desprendido del bulbo parental. Además, separaremos los nuevos bulbos adheridos al bulbo parental una vez hayan desarrollado piel entre los dos bulbos unidos.

División de cormos. Los cormos se reproducen cada año tras haber desarrollado sus raíces y su parte aérea. Al finalizar el período vegetativo, en otoño, deberemos desenterrarlos y cortar sus tallos dejando secar los cuellos. Después separaremos los nuevos cormos formados alrededor de la base del cormo viejo y los almacenaremos protegidos del invierno para plantarlos en primavera.



Reproducción por esquejes


La propagación por esqueje puede ser una forma simple y fácil de reproducción de plantas, que además garantiza que la nueva planta mantenga las características de la planta parental.

Para aumentar las probabilidades de éxito en la reproducción por esquejes:

Tomaremos esquejes de plantas jóvenes y sanas utilizando una navaja bien limpia. Si la planta produce follaje adulto y follaje joven, como ocurre por ejemplo con la Hedera helix (Hiedra), tomaremos esquejes de la madera que produce follaje joven.

Cortaremos los esquejes a primera hora de la mañana, ya que a esas horas el tallo está lleno de agua.

Mantendremos los esquejes con humedad, poniendo los esquejes (a excepción de los de madera dura) en agua o envueltos en papel húmedo dentro de una bolsa de plástico, para evitar que se sequen.

Es conveniente tomar más esquejes de los que se necesitan por si alguno no enraizara bien.


Reproducción por esquejes blandos


Se denomina madera blanda a los tallos que aún no han comenzado a volverse leñosos por la base. Este tipo de esquejes enraízan con más facilidad que los esquejes semimaduros o duros, aunque necesitan calor y humedad para prosperar.

Para realizar la propagación por esquejes de madera blanda seguiremos los siguientes pasos:

1) Tomar esquejes de 10-15 cm de largo desde finales de primavera a mediados del verano (según la especie y el clima). Elegiremos brotes que crezcan a partir de una rama guía (rama principal) y cortaremos al bies o en bisel, 1 cm por debajo de un nudo.

2) Preparación de los esquejes. Para reducir pérdidas de agua eliminaremos las hojas basales (las hojas de la parte inferior del esqueje) y si las hojas son grandes, recortaremos el resto de hojas por la mitad. Además, también podemos eliminar el brote apical. Para estimular el enraizamiento, realizaremos una incisión recortando una fina tira de la corteza en la base de los esquejes. Esta herida formará un callo que estimulará la producción de raíces. Después cubriremos las heridas, cortes y nudos del tallo con una capa fina de hormona de enraizar.

3) Plantación de los esquejes. Tendremos preparada una maceta pequeña, de unos 10-15cm de altura, con un sustrato humedecido formado por arena y vermiculita a partes iguales. Bajo la maceta tendremos un cuenco con agua para mantener húmedo el sustrato.

Realizaremos un hoyo de 5-8cm de hondo por cada esqueje utilizando un boli o un lapiz e introduciremos los esquejes compactando bien el sustrato.

4) Cuidados para el enraizamiento. Para lograr el enraizamiento de los esquejes debemos mantenerlos a una temperatura de 20-27ºC, con luz tamizada y con una humedad relativa del 70-80%. Para ello, podemos cubrir la maceta con una botella de plástico o crear una estructura de protección con madera o alambre por los laterales y una lámina de plástico en la zona superior, sin olvidarnos de que los esquejes deben mantenerse aireados y bien drenados. Tardarán alrededor de dos meses en desarrollar raíces.

5) Trasplante. Tras dos meses, los esquejes habrán desarrollado raíces de unos 2cm de largo, momento en el cual debemos trasplantarlos a macetas individuales con tierra fértil y rica en compost. Deberemos mantener los esquejes protegidos del frío invernal y en primavera podremos trasladarlos al exterior.



Reproducción por esquejes semiduros


Los esquejes semiduros o semileñosos son tallos con madera blanda en la punta y más dura o leñosa unos 15-20cm más abajo. Algunas plantas como coníferas y muchas plantas perennifolias de hoja ancha se propagan bien por esquejes semileñosos, aunque necesitan bastante calor y humedad para prosperar.

Para realizar la propagación por esquejes semiduros seguiremos los siguientes pasos:


1) Tomar esquejes de 15-20 cm de largo que hayan comenzado a volverse leñosos por la base, lo que según la especie y el clima, ocurrirá entre finales de primavera y principios de verano.


2) Preparación de los esquejes. Para reducir pérdidas de agua recortaremos los brotes laterales, así como las hojas basales. Si el brote apical es blando, lo recortaremos también y si las hojas son grandes podemos recortarlas por la mitad. Para estimular el enraizamiento, realizaremos una incisión recortando una fina tira de la corteza de 2cm en la base de los esquejes, cuya herida formará un callo que estimulará la producción de raíces. Después cubriremos las heridas, cortes y nudos del tallo con una capa fina de hormona de enraizar.


3) Plantación de los esquejes. Tendremos preparada una maceta pequeña, de unos 10-15cm de altura, con un sustrato humedecido formado por arena y vermiculita a partes iguales. Bajo la maceta tendremos un cuenco con agua para mantener húmedo el sustrato.

Realizaremos un hoyo de 5-8cm de hondo por cada esqueje utilizando un boli o un lapiz e introduciremos los esquejes compactando bien el sustrato.


4) Cuidados para el enraizamiento. Para lograr el enraizamiento de los esquejes debemos mantenerlos a una temperatura de 20-27ºC, con luz tamizada y con una humedad relativa del 70-80%. Para ello, podemos cubrir la maceta con una botella de plástico o crear una estructura de protección con madera o alambre por los laterales y una lámina de plástico en la zona superior, sin olvidarnos de que los esquejes deben mantenerse aireados y bien drenados. Tardarán alrededor de dos meses en desarrollar raíces.


5) Trasplante. Tras dos meses, los esquejes habrán desarrollado raíces de unos 2cm de largo, momento en el cual debemos trasplantarlos a macetas individuales con tierra fértil y rica en compost. Deberemos mantener los esquejes protegidos del frío invernal y en primavera podremos trasladarlos al exterior.


Reproducción por esquejes leñosos


Los esquejes leñosos o de madera dura son tallos rígidos que se toman a finales de otoño o principios de invierno, durante el reposo vegetativo. Los esquejes leñosos forman en su extremo un callo que estimula la producción de raíces y además son más resistentes a los daños por frío, sequedad o enfermedades. Existen tres tipos de esquejes leñosos:

Esqueje recto o esqueje en horizontal. Son esquejes que se toman realizando un corte basal horizontal y un corte apical al bies o en bisel. Generalmente se usa en árboles y arbustos caducifolios.

Esqueje en mazo o bastón. Son esquejes que se toman incluyendo entre 1-2,5cm de rama desde la que crece el tallo. Puede tratarse de una madera de dos años de edad que excepcionalmente enraiza con más facilidad que la madera del año. Generalmente se usa para algunas coníferas como enebros o sabinas.

Esqueje en talón. Son esquejes que se toman realizando un corte o rasgadura de la corteza en la base del esqueje. Generalmente se usa en algunas coníferas como las tuyas.

Para realizar la propagación por esquejes de madera dura seguiremos los siguientes pasos (excepto en coníferas: reproducción de coníferas por esqueje):


1) Tomar esquejes leñosos de grosor similar a un lápiz. Realizaremos un corte horizontal justo 1cm por debajo de un nudo.


2) Preparación de los esquejes. Eliminaremos la madera blanda apical cortando al bies o en bisel por encima de un nudo. Después trataremos las bases de los tallos con hormona de enraizar.


3) Plantación de los esquejes. Plantaremos los esquejes en una cama de germinación en el jardín, con sustrato de arena gruesa o una mezcla de arena gruesa y perlita. Tras introducir la zona basal del esqueje, compactaremos bien el sustrato.
En zonas de inviernos fríos puede ser conveniente plantar en primavera y mantener los esquejes enterrados durante el invierno a dos tercios basales de su longitud y protegidos del frío y el viento.


4) Cuidados para el enraizamiento. Para lograr el enraizamiento de los esquejes debemos aportar humedad constante a la arena y proteger a los esquejes del sol. En algo más de un mes los esquejes comenzarán a desarrollar raíces y hojas. A mediados de verano podremos ver cuales son los esquejes más vigorosos y resistente. Los esquejes más débiles serán más sensibles a las enfermedades y debemos retirarlos.


5) Trasplante. Según el tipo de planta y la zona climática, podremos trasplantar las nuevas plantas a su espacio definitivo en otoño o esperar a la siguiente primavera.

Reproducción de coníferas por esquejes leñosos


Abeto breweriana azulado


Las coníferas se reproducen bien por semilla pero su propagación por esquejes leñosos resulta práctica al poder obtener nuevos ejemplares en mucho menos tiempo que por semilla. Sin embargo, los pasos a seguir difieren un poco respecto a la reproducción por esquejes leñosos del resto de plantas.

Para realizar la propagación de coníferas por esquejes de madera dura seguiremos los siguientes pasos:


1) Tomar esquejes leñosos de la zona inferior de la planta, ya que enraízan mejor que los esquejes de la zona apical. Tomaremos los esquejes a finales de otoño o principios de invierno. Seleccionaremos una rama horizontal de 10-15cm de longitud y que tenga 5 años o más. Realizaremos un corte horizontal, en mazo o en talón, en función del tipo de conífera. Puedes consultar este dato en la ficha de cada planta, en Guía de plantas.


2) Preparación de los esquejes. Eliminaremos las hojas basales de los esquejes y cubriremos sus tallos con una capa fina de hormona de enraizar.


3) Plantación de los esquejes. Tendremos preparada una maceta de 10-15cm de altura con un sustrato formado por un 50% de turba de esfagno o mantillo de hojas y otro 50% de arena. Realizaremos un hoyo por esqueje utilizando un lápiz e introduciremos los esquejes compactando bien el sustrato. Plantaremos los esquejes en una cama de germinación en el jardín, con sustrato de arena gruesa o una mezcla de arena gruesa y perlita. Tras introducir la zona basal del esqueje, compactaremos bien el sustrato.


En zonas de inviernos fríos puede ser conveniente plantar en primavera y mantener los esquejes enterrados durante el invierno a dos tercios basales de su longitud y protegidos del frío y el viento.


4) Cuidados para el enraizamiento. Para lograr el enraizamiento debemos mantener los esquejes a temperaturas suaves, sin mucho calor durante el día ni mucho frío durante la noche. Colocaremos la maceta al exterior, en un lugar protegido y regaremos periódicamente para mantener el sustrato húmedo. En climas fríos podemos ubicar la maceta en el interior.

Los esquejes en maceta situada al exterior comenzarán a enraizar en primavera. Los esquejes en maceta situada en el interior comenzarán a desarrollar raíces en un mes pero después necesitarán un tiempo de adaptación al exterior, en cuanto el tiempo mejore.


5) Trasplante. Una vez que los esquejes hayan desarrollado suficientes raíces podemos trasplantarlos a una maceta más grande con sustrato rico en humus y ubicada al exterior. Durante el siguiente otoño e invierno mantendremos los esquejes protegidos del frío, el viento y la sequedad y en la primavera siguiente podremos trasplantarlos al espacio definitivo del jardín.


Reproducción por esquejes de hoja


La reproducción por esquejes de hoja es posible en plantas tropicales y subtropicales con hojas carnosas. Es una técnica de reproducción sencilla pero necesita una temperatura mínima de 24ºC, una humedad relativa entorno al 50% y luz tamizada. Existen varios tipos de esquejes de hoja:


Esqueje de pecíolo foliar. Se realiza utilizando la hoja con su pecíolo o tallito. Para realizar la propagación por esquejes de pecíolo foliar seguiremos los siguientes pasos:


1) Tomar esquejes cortando hojas jóvenes pero totalmente crecidas incluyendo su pecíolo o tallito.


2) Preparación de los esquejes. Recortaremos un poco la parte superior de la hoja y cortaremos al bies el pecíolo a 1cm de la base de la hoja.


3) Plantación de los esquejes. Tendremos preparada una maceta de unos 10cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar. Realizaremos un hoyo utilizando un lápiz e insertaremos el pecíolo en el sustrato compactándolo bien.


4) Cuidados para el enraizamiento. Para lograr el enraizamiento de los esquejes debemos aportar calor (temperaturas superiores a 23ºC) y humedad. Colocaremos el esqueje en el interior, protegida de la luz intensa y el sol. Para mantener la humedad podemos cubrir la maceta con una botella de plástico transparente que levantaremos varias veces al día para permitir la aireación. Los esquejes de pecíolo foliar comenzarán a crecer y desarrollar raíces tras cuatro meses.


5) Trasplante. Podremos trasplantar las nuevas plantitas a una maceta con sustrato fértil una vez sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.


Esqueje de nervio foliar. Se realiza utilizando los nervios de la hoja. Para realizar la propagación por esquejes de nervio foliar seguiremos los siguientes pasos:


1) Tomar esquejes cortando hojas jóvenes pero totalmente crecidas.


2) Preparación de los esquejes. Recortaremos el pecíolo o tallito por la base de la hoja. Colocaremos la hoja dad la vuelta sobre una tabla de cortar y realizaremos varios cortes sobre los nervios más grandes de la hoja con unos 2cm de separación entre corte y corte. Después espolvorearemos una fina capa de hormona de enraizar sobre los cortes utilizando un pincel pequeño.


3) Plantación de los esquejes. Tendremos preparada una maceta de unos 10cm de altura con un sustrato compuesto a partes iguales por perlita y vermiculita para enraizar. Colocaremos la hoja boca arriba sobre el sustrato y la fijaremos bien para que los nervios cortados se mantengan en contacto con el sustrato.


4) Cuidados para el enraizamiento. Los esquejes de hoja verticales necesitan temperaturas superiores a 23ºC para enraizar, así como una humedad relativa elevada, por lo que cubriremos la bandeja o maceta con una tapa de plástico transparente. Las nuevas plantitas brotarán sobre las secciones de hoja parental desarrollando raíces y hojas.


5) Trasplante. Trasplanteremos las nuevas plantitas a macetas individuales con tierra rica en humus en cuando tengan varias hojas y sean lo suficientemente grandes como para no dañarlas al manipularlas.


Reproducción por acodo


La propagación por acodo es una técnica de reproducción muy fácil ya que los tallos de muchas plantas forman raíces de forma natural si entran en contacto con la tierra.

Para aumentar las probabilidades de éxito en la reproducción por acodo:


El mejor momento para realizar un acodo es cuando la planta está en fase de crecimiento activo, principalmente en primavera.


El sustrato donde el acodo debe formar su sistema radicular debe mantenerse húmedo y bien drenado, además de no ser demasiado compacto.


Debemos eliminar las hojas más próximas al acodo para que la planta dirija sus energías a la producción de raíces.


Sujetaremos bien el tallo a acodar para que se mantenga enterrado. Podemos colocar piedras, grapas, clips de suelo o alambres en forma de U invertida.


Mantendremos el acodo unido a la planta madre hasta que haya desarrollado suficientes raíces y una nueva y fuerte brotación, lo que puede llevar desde varios meses hasta año y medio.


Cuando separemos la nueva planta de su planta madre conviene dejarla en el mismo sitio hasta la siguiente estación vegetativa.


Reproducción por acodo simple


Muchos arbustos y trepadoras se propagan fácilmente por acodo simple, aunque necesitan tiempo para desarrollar raíces y nuevos brotes.

Para realizar la propagación por acodo simple seguiremos los siguientes pasos:


1) Selección del tallo a acodar. Seleccionaremos los tallos que mejor puedan flexionarse hasta el suelo.


2) Preparación del tallo a acodar. Doblaremos el tallo/s a acodar para ver dónde entrará en contacto con el suelo. Eliminares las hojas que se encuentren más próximas al punto de acodo y realizaremos una incisión en la cara inferior del tallo, bajo los nudos que se van a enterrar. Introduciremos un palillo en la incisión para que permanezca abierta. De esta forma se formará un callo que estimulará la producción de raíces.


3) Realización del acodo. Prepararemos un pequeño hoyo en el suelo e introduciremos el tallo a acodar. Sujetaremos bien el tallo contra el suelo utilizando clips de suelo o un alambre clavado en forma de U. Después colocaremos un montón de tierra y lo compactaremos asegurándonos de que el tallo queda bien fijado al suelo.


4) Cuidados para el enraizamiento. Para que el acodo enraíce necesitamos regar con frecuencia la zona del acodo y mantener el suelo con humedad constante. El acodo tardará entre una estación vegetativa y un año en generar raíces y nuevos brotes.


5) Trasplante. Cuando el acodo haya desarrollado suficientes raíces y una nueva brotación fuerte, podremos separar la nueva planta de su planta madre cortando los tallos de unión. Una vez separada, dejaremos la nueva planta en el mismo lugar durante una estación vegetativa y después podremos trasplantarla al espacio definitivo del jardín.


Reproducción por acodo aéreo


Este tipo de reproducción es adecuada para muchas plantas leñosas y para algunas plantas de interior. La propagación por acodo aéreo exige limpieza, una temperatura cálida y una humedad elevada. Los pasos a seguir difieren respecto si se trata de una planta de interior o de una planta leñosa de exterior:


Plantas de interior


La propagación por acodo aéreo resulta de utilidad en algunas plantas de interior que han crecido hasta alcanzar el techo y deben recortarse.

Para realizar la propagación por acodo aéreo en plantas de interior seguiremos los siguientes pasos:


1) Selección del tallo a acodar. Seleccionaremos un tallo de la estación vegetativa en curso.


2) Preparación del tallo a acodar. Realizaremos una incisión de 3-4cm o hasta un tercio del grosor del tallo e introduciremos un palillo en la incisión para que permanezca abierta. De esta forma se formará un callo que estimulará la producción de raíces.


3) Realización del acodo. Tendremos preparado un puñado de turba de esfagno sin moler que lleve a remojo en agua caliente más de una hora. Cogeremos el puñado de turba de esfagno, lo escurriremos y lo apretaremos contra el tallo alrededor de la incisión. Con ayuda de otra persona debemos envolver la turba y el tallo con una lámina de plástico de color oscuro, atada por arriba y por abajo con cordeles.


4) Cuidados para el enraizamiento. El acodo enraizará en unos dos meses siempre que la turba se mantenga húmeda y que el acodo esté resguardado del sol.


5) Trasplante. Pasados dos meses revisaremos con frecuencia el acodo y esperaremos hasta ver la bolsa de turba llena de raíces, momento en el que podremos cortar y separar la nueva planta del tallo parental y trasplantarla a una nueva maceta.


Plantas leñosas al exterior


Para realizar la propagación por acodo aéreo en plantas de interior seguiremos los siguientes pasos:


1) Selección del tallo a acodar. Seleccionaremos un tallo de la estación vegetativa anterior y de anchura similar a un lápiz.


2) Preparación del tallo a acodar. Realizaremos un corte horizontal en la corteza y la capa de cámbium, justo por debajo de un nudo del tallo. Haremos otro corte horizontal de igual profundidad 2cm más abajo del corte anterior. Finalmente realizaremos un corte vertical que una los dos cortes horizontales arrancando la corteza y el cámbium de toda la zona. Quedará al descubierto la madera interior del tallo, sobre la que esparciremos una fina capa de hormona de enraizar.


3) Realización del acodo. Tendremos preparado un puñado de turba de esfagno sin moler que lleve a remojo en agua caliente más de una hora. Cogeremos el puñado de turba de esfagno, lo escurriremos y lo apretaremos contra el tallo alrededor de la incisión. Con ayuda de otra persona debemos envolver la turba y el tallo con una lámina de plástico de color oscuro, atada por arriba y por abajo con cordeles.


4) Cuidados para el enraizamiento. El acodo enraizará en un mes si la turba se mantiene húmeda y el acodo queda resguardado del sol y la luz intensa.


5) Trasplante. Cuando veamos la bolsa de turba llena de raíces podremos cortar y separar la nueva planta del tallo parental y trasplantarla a otro lugar del jardín.


Reproducción por injerto

El injerto es una técnica de reproducción de gran utilidad para la propagación de árboles frutales y otras plantas leñosas aunque para tener éxito se necesita un poco de práctica y paciencia.

La reproducción por injerto se realiza poniendo en contacto una planta patrón o portainjerto con la planta que se desea reproducir o púa. El patrón determinará la resistencia, tamaño y calidad de los frutos de la nueva planta permitiéndonos obtener flores y frutos mucho antes que si utilizamos otras técnicas de propagación.

Para aumentar las probabilidades de éxito en la reproducción por injerto:

Elegiremos patrones y púas compatibles.

Daremos los mejores cuidados al patrón dejándolo crecer hasta medio metro de altura antes de utilizarlo como porta-injertos. Cultivaremos el patrón en un suelo profundo, fértil y bien drenado, al sol, con la humedad adecuada y protegido del viento y del frío extremo. Podaremos todas las ramas que nazcan por debajo de 30cm, así como las yemas que se desarrollen sobre el tallo en primavera.

Elegiremos la técnica de injerto más apropiada para el tamaño del patrón y la púa.

Emplearemos herramientas limpias y afiladas para los cortes y evitaremos tocar la madera que queda al descubierto para no transmitir enfermedades a la planta.

Confirmaremos que las capas de cámbium del patrón y de la púa están en contacto antes de sellar el injerto con cinta o cera.

Debemos evitar que la madera se seque por lo que una vez realizados los cortes, debemos finalizar el injerto con la mayor rapidez posible.

En climas cálidos y húmedos usaremos púas de 15-30cm de longitud. En climas fríos usaremos púas de 15-25cm de longitud.


Reproducción por injerto de lengüeta


Es un tipo de injerto adecuado para frutales, especialmente manzanos y peras, aunque también cerezos, albaricoqueros, almendros, ciruales, nectarinos.., y resto de frutales del género Prunus.

La propagación por injerto de lengüeta es relativamente fácil en climas húmedos y produce árboles rectos y bien desarrollados. La época más adecuada para realizar el injerto de lengüeta es principios de primavera.

Para realizar la propagación por injerto de lengüeta seguiremos los siguientes pasos:


1) Selección del patrón a injertar. Seleccionaremos un patrón adecuado y con un año de edad y lo plantaremos con un año de antelación en el lugar definitivo del jardín. Durante este año mantendremos el patrón bien cuidado aportándole los riegos y abonos necesarios, así como eliminando todas las yemas laterales que broten.


2) Selección de la púa a injertar. Podemos adquirir la púa deseada en un centro de jardinería o elegir una rama fuerte y recta de uno los frutales de tu jardín. En éste último caso, a mediados del invierno tomaremos un trozo de rama de unos 25cm de longitud y 1cm de diámetro cortando 4cm por debajo de una yema. Una vez cortada, envolveremos la púa en turba de esfagno bien humedecida y la guardaremos dentro de una bolsa de plástico y en un lugar fresco y sombreado, aunque protegido de vientos y heladas.


3) Realización del injerto. Cortaremos la punta del patrón realizando un corte horizontal a 20-30cm del suelo. Sobre este mismo corte realizaremos un nuevo corte para formar un ángulo de 45º y sobre éste, un tercer corte vertical para formar una lengüeta.

A continuación debemos cortar la púa de manera que encaje perfectamente con el patrón, poniendo en contacto sus áreas de cámbium. En primer lugar haremos un corte oblícuo en la púa, formando un ángulo de 45º. Después realizaremos un corte vertical que forme una lengüeta.

Finalmente encajaremos patrón y púa, asegurándonos de que sus cámbium entran en contacto, y rodearemos la unión con cinta aislante para injertos. Después cubriremos con cera para injertos la cinta y cualquier trozo de madera que quede al descubierto.


4) Establecimiento del injerto. La unión de patrón y púa puede llevar dos meses o más. Iremos viendo que se forma un callo cada vez más duro en la unión y que la púa comienza a desarrollar yemas. En ese momento podremos retirar la cinta aislante. Por otra parte, para que la nueva planta se desarrolle con fuerza sobre el patrón, deberemos eliminar todas las yemas y chupones que crezcan por debajo de la púa.


Reproducción por injerto de yema en T


Se trata de un tipo de injerto adecuado para rosales y frutales. A diferencia del resto de injertos, el injerto de yema se realiza utilizando como púa una yema vegetativa en lugar de un trozo de tallo.

La mejor época para realizar un injerto de yema en T o un injerto de escudete es el otoño para los climas secos y principios de verano para climas húmedos.

Para realizar la propagación por injerto de yema en T seguiremos los siguientes pasos:


1) Selección del patrón a injertar. Seleccionaremos un patrón adecuado y con un año de edad y lo plantaremos con un año de antelación en el lugar definitivo del jardín. Durante este año mantendremos el patrón bien cuidado aportándole los riegos y abonos necesarios, así como eliminando todas las yemas laterales que broten.


2) Selección de la púa a injertar. Tomaremos la yema que sirva de púa justo antes de iniciar el injerto. Elegiremos un brote sano y del grosor de un lápiz. Lo podemos mantener a remojo en un cubo para evitar que se seque mientras preparamos los cortes de injerto en el patrón.


3) Realización del injerto. Haremos un corte en forma de T sobre la corteza del patrón, a unos 3-7cm del suelo. En climas tropicales húmedos, el corte se hará en forma de T invertida.

El corte vertical de la T será de 3-4cm de longitud y el corte horizontal de 0,5-1cm de largo. Tras realizar los cortes, utilizaremos la navaja para abrir la corteza del patrón hacia los lados de la T.

A continuación debemos preparar la púa para introducirla dentro del corte en T del patrón. Cogeremos la púa y cortaremos una hoja que crezca por debajo de la yema manteniendo su pecíolo, que nos servirá de mango con el que manipular la púa.

Posteriormente realizaremos un corte 1cm por debajo de la yema y deslizaremos la navaja para hacer un corte dentro del tejido leñoso. Después rasparemos el tejido leñoso hasta dejar únicamente el cámbium y la corteza.

Finalmente encajaremos patrón y púa, asegurándonos de que sus cámbium entran en contacto, y rodearemos la unión con cinta aislante para injertos.


4) Establecimiento del injerto. La unión de patrón y púa puede llevar unas dos semanas cuando el injerto se realiza a principios de verano y varios meses cuando el injerto se realiza en otoño. Iremos viendo que se forma un callo cada vez más duro en la unión, que el pecíolo que sirvió de mango se marchita y que la yema se vuelve más firme e hinchada. En este momento podremos retirar la cinta aislante y realizar un corte sobre el patrón para ayudar a estimular el crecimiento de la yema. El corte se debe realizar 10cm por encima de la yema y una vez hecho el corte, doblaremos la parte superior del patrón.

Cuando la yema haya alcanzado unos 8-10cm de altura, eliminaremos la parte superior del patrón cortando cerca de la unión con la yema.